30 de enero de 2012

Asunto: ATERRADORA CRÓNICA DE JUAN GOSSAÍN

"Cuando el último árbol haya sido talado, el último animal haya sido cazado y el último pez haya sido pescado, solo entonces, el hombre blanco entenderá que el dinero no se puede comer"
PROFECÍA DE LOS NAVAJOS DE NORTEAMÉRICA

"El petróleo es la sangre de la madre tierra. cuando el hombre blanco haya acabado con él, vendrá el desastre."
PROFECÍA DE LOS INDÍGENAS U´WA DE COLOMBIA

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Una mañana de mayo pasado, los viejos madrugadores del pueblo de Marytown, perdido en las costas que bordean el sudeste de los Estados Unidos, se levantaron como todos los días a echarles unas migajas de pan a los pájaros marinos que merodean con mansedumbre por los patios y que se han ido convirtiendo en sus amigos.

Lo que vieron los dejó espantados: las gaviotas de cabeza negra, que son tan bellas, también tenían negro el plumaje. Del pico les goteaba una mancha babosa. No podían levantar el vuelo de la arena, con las patas hundidas en una masa de chapapote pastoso, como el asfalto cuando se derrite. Una de las gaviotas miró a la gente pidiendo ayuda.

Según cuentan los testigos, más allá de la playa, cerca del río, tres garzas morenas habían muerto con los ojos despepitados. El guiso espantoso que navegaba corriente abajo, matando todo lo que se le atravesara, era la mezcolanza de petróleo crudo de la empresa British, que cayó pocos días antes a las aguas del Golfo de México.

A esa misma hora los alcatraces de la bahía de Santa Marta, al norte de Colombia, desayunaban su ración cotidiana de buñuelos de carbón. El periodista Antonio José Caballero, grabadora en mano, esperaba en la playa el regreso de los pescadores que habían salido a trabajar temprano. Mientras aguardaba, la cámara de su teléfono celular retrató la pala enorme de un barco carbonero que arrojaba al mar el polvo negro que sobró en las bodegas.

A esa misma hora, en las playas legendarias de Juanchaco y Ladrilleros, cerca de Buenaventura, los lancheros de cabotaje que llevan carga y pasajeros por los pueblos que se arraciman en las orillas del Pacífico limpiaban sus motores preparándose para un nuevo día de trabajo. Como si fuera la cosa más natural del mundo, arrojaban al mar el contenido de unos tanques repletos de residuos de gasolina, queroseno y diésel. Un langostino magnífico, que medía un jeme, iniciaba el día tomándose su primera taza de combustible. Cuando vi la fotografía en El País de Cali me dieron ganas de echarme a llorar.

A esa misma hora, en la zona industrial de Cartagena de Indias, abierta sobre la bahía del Caribe resplandeciente, los trabajadores de una compañía empacadora se sentaron a desayunar en los comedores de su empresa. En ese momento volvieron a ver, como venía sucediendo en las mañanas más recientes, que una nata de tizne cubría la superficie del café con leche, y que una mermelada negra, tan semejante al betún de limpiar zapatos, se había pegado al pan y al queso blanco.

Entonces, no aguantaron más. Se levantaron todos, sin que nadie los hubiera convocado, y comenzaron a golpear los platos contra los mesones. La algarabía se oyó en media ciudad. Las autoridades ambientales ordenaron el cierre de un muelle vecino, que se dedica a cargar carbón a cielo raso, sin mayores precauciones ni cuidados, sin tubos cerrados ni conductores protegidos. Seis días después el muelle fue reabierto.

A esa misma hora, en la región acuática de La Mojana, que cubre un gigantesco territorio húmedo de los departamentos de Bolívar, Sucre y Antioquia, bajaban resoplando los ríos Cauca y San Jorge, que se desbordan en caños y ciénagas. El apóstol Ordóñez Sampayo, que se ha gastado la vida defendiendo de la contaminación a campesinos, cosechas y animales, apareció en la plaza de Guaranda con el dictamen médico en la mano: los doctores certificaban que los tres niños que nacieron deformes tenían mercurio en el sistema sanguíneo.

El terrible mal de Minamata, como lo saben los japoneses, porque las empresas en cualquier parte del mundo, en Tokio o en Majagual, arrojan porquerías químicas a las corrientes, y primero se pudren las aguas, y después nacen degenerados los peces y los camarones, y después nacen sin ojos los niños cuyas madres, en aquellos caseríos extraviados de la mano de Dios, consumen esa agua y esos pescados.

En las cabeceras de ambos ríos, las compañías mineras, que buscan oro entre la tierra, hacen sus excavaciones con un sancocho de mercurio y ácidos. Arroyos y acequias se llevan el mazacote. Los bocachicos mueren con la boca abierta en los playones. Las espigas de arroz no volvieron a crecer. En medio del desastre causado por las inundaciones, y como si fuera poco, las yucas harinosas de antes florecen ahora con un hongo químico a manera de cresta. El hambre campea entre los pocos ranchos que no se ha llevado el invierno. Las emanaciones de las lagunas huelen a lo mismo que huele un laboratorio de detergentes.

Hay que decir, también, que los empresarios mineros se defienden diciendo que Ordóñez Sampayo está loco. Claro que está loco: ningún hombre cuerdo expone su pellejo ni dedica su vida entera a defender a un ruiseñor, una mojarra, un plátano pintón, una mazorca de maíz o a una mujer embarazada que carga un fenómeno en el vientre.

Epílogo

Aquella mañana, cuando los pescadores de Santa Marta regresaron a la playa, el periodista Caballero los acompañó en su tarea de descamar y abrirles el buche a los escasos pescados que traían.

-¿Qué es eso? -preguntó, intrigado, al ver unas bolas negras en el estómago de un bagre.

-Carbón, amigo -le contestó uno de ellos, levantando el animal-. Pelotas de carbón. Eso es lo que comen ahora.

Caballero tomó más fotografías y se las llevó a algunos funcionarios de la industria carbonera.

-No se preocupe -le contestó el gerente-. Vamos a construir un nuevo muelle de última generación.

-No lo dudo -dijo el reportero, con una mueca de dolor que parecía sonrisa-. No lo dudo: será la última generación.

El día que Caballero me contó esa historia, y me enseñó sus fotografías, ya no sentí ganas de echarme a llorar, como la vez aquella del langostino bañado en combustible. Lo que sentí ahora fue rabia. Cuando ya no quede una sola hoja de acacia, cuando el último pulpo haya muerto atragantado con ácido sulfúrico y cuando nuestros nietos nazcan con un tumor de carbón endurecido en la barriga, entonces será demasiado tarde. Dispondremos de computadores infrarrojos de última generación, pero ya no habrá agua para beber; los celulares de rayos láser se podrán comprar en las boticas, pero el sol no volverá a salir; los niños encontrarán el algoritmo de 28 a la quinta potencia con solo cerrar los ojos, pero dentro de 20 años no sabrán de qué color era una golondrina.

Los invito a todos a ponerse de pie antes de que se marchite el último pétalo. Usen el arma prodigiosa del Internet para protestar. Hagan oír su voz. Que el correo electrónico de los colombianos sirva para algo más que mandar chistes y felicitaciones de cumpleaños. Porque, si seguimos así, el día menos pensado no quedará nadie que cumpla años. Ni quién envíe felicitaciones.

JUAN GOSSAÍN

24 de enero de 2012

ACCIONES PARA EL MAÑANA - CENDAH 2012...

Celebrando el Día Mundial de Educación Ambiental y de Humedales

Con motivo de celebrar el Día Mundial de Educación Ambiental, el 26 de enero, y el 2 de febrero el Día Mundial de Humedales, CENDAH lo hace presentando su "Acciones para el Mañana". Creo que todos estaríamos de acuerdo que la educación ambiental o la educación para el desarrollo sosstenible, surge desde nuestras raíces; es decir, desde la existencia de los pueblos en este planeta, en donde se preparaba a los hombres y mujeres a tener respeto, vivir en estrecha armonía con su medio natural. Pero es reciente que se menciona la Educación Ambiental (finales de los años 60 y principios de los 70), es por eso que podemos decir, que "la educación ambiental es hija del deterioro ambiental".

Señores: nuestras acciones siempre tendrán una finalidad, la educación o el diálogo dirigida hacia la gente, nuestra gente de base, las comunidades, los agricultores, los pescadores e interesados. Es por ello que presentamos nuestras finalidades en el: http://www.slideshare.net/geodisio

Esperamos sus comentarios: geodisio@gmail.com

23 de enero de 2012

INFORME SOBRE EL PERÚ TRAS LA LEY DE CONSULTA (Estándares Internacionales, Empresas Extractivas, Consentimiento Indígena)

Por consideralo de interés.

Publicado el 23 Enero, 2012


Informe inicialmente expuesto ante la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos y Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República del Perú a invitación de su presidente, Antonio Medina, mediante gestión de la congresista Verónika Mendoza en sesión ordinaria del día 16 de este mes de enero para que disertara y departiese sobre Los estándares internacionales en materia de derechos indígenas e industrias extractivas y reglamento de consulta previa. Lo desarrollo ahora por escrito extendiéndome a cuestiones planteadas no sólo en el seno de la Comisión parlamentaria, sino también en reuniones ese día y los inmediatos, en Lima y en Iquitos, con una diversidad de agentes sociales, incluyendo lo principal al efecto, esto es con representantes del Pacto de Unidad (AIDESEP-Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana, CCP-Confederación Campesina del Perú, CNA-Confederación Nacional Agraria, CONACAMI-Confederación Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería y ONAMIAP-Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú). Puedo integrar todas mis intervenciones pues mantengo el mismo discurso, el de los derechos, sea cual fuere la audiencia. Y puedo formular recomendaciones por las invitaciones recibidas de parte tanto oficial como indígena. Gracias encarecidas a todas y todos los interlocutores, particulares e institucionales, pues sin su ánimo y asistencia no podría haber ultimado esta versión final con información viva al día.


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17 de enero de 2012

El mercado del carbono, o el engaño de moda

Miércoles 14 de diciembre de 2011 - Te lo pueden explicar de muchas formas políticamente correctas, pero l@s comunicador@s indígenas de la ACIN te muestran lo que hay detrás del llamado mercado de carbono: la estafa de pagar por contaminar la Pacha Mama; o el juego de cobrar por el trabajo que hace el bosque. No puedes mirar a otro lado cuando se pretende comprar el aire.


Por estos días se habla mucho del tema de los bonos de carbono, el CO2, venta de oxígeno, cuidado o cultivo de bosques. Empresas, personas particulares, ONGs e instituciones del estado llegan a los territorios colombianos proponiendo a las comunidades ganar dinero por la venta del aire que producen los bosques. Esto pasa en todo el mundo porque es un mecanismo internacional que se presenta como una forma de reducir los efectos de la crisis climática.

La propuesta es simple y atractiva: “deje crecer el bosque o siembre un bosque y recibirá plata sin mayor esfuerzo”. Claro, esta propuesta cae como una bendición a una comunidad llevada del carajo por la pobreza, los desastres naturales como invierno, inundaciones, pérdida de cultivos, además de las muchas necesidades que golpean a cualquier poblador del campo, la selva o las montañas de Colombia.
Pero vamos a mirar despacito para entender qué es lo que nos están diciendo.

¿Por qué pagarle a alguien por el trabajo que hace el bosque (chupar dióxido de carbono, CO2 y producir oxígeno)?
El asunto es sencillo: los árboles se chupan o respiran el CO2 que es un gas llamado dióxido de carbono. El CO2 es un gas presente en la Madre Tierra, un hermanito, pero que al ser producido en exceso por las máquinas, vehículos y sobre todo por la gran industria, arrojan, entre todos, millones de toneladas de CO2 a la atmósfera causando contaminación, calentamiento global y crisis climática. O sea que por todo esto la Madre Tierra se calienta, se enloquece el clima, se derriten las nieves de los nevados, los hielos de los glaciares y de los polos, se desbordan los ríos, se inundan los cultivos, se derrumban las montañas, se extinguen los animales y la vida de todos los seres se nos vuelve un tormento. Viendo este tremendo desastre causado por el modelo de desarrollo, especialmente por los países más industrializados, se escribió un acuerdo entre 187 países en el año 1997 conocido como Protocolo de Kioto. Estados Unidos, el país más contaminador de todos no ha firmado este acuerdo. Los países contaminadores se comprometieron a reducir el envío al aire (atmósfera) de varios gases contaminantes, entre ellos el CO2. Pero esto afectaría en gran medida las ganancias de la gran industria. Por eso se inventaron otra forma: pagar para seguir contaminando.

¿Dónde está el truco?
El truco consiste en que ellos siguen contaminando y para justificar el daño ofrecen una cantidad de dinero a los países o a las comunidades que tienen muchos bosques. Nos dicen que nos van a pagar por tener bosques, pero en realidad lo que hacen es pagar por el derecho a seguir contaminando y aumentar sus ganancias.

¿Quién se queda con la ganancia?
La plata que ofrecen por el negocio viene siendo una chichigua, una mínima cantidad, porque la mayor parte se queda en los intermediarios y los dueños del negocio. Las comunidades terminan en la última parte de la cadena o en la puerta del edificio para que les tiren un hueso, mientras que las grandes empresas o las bolsas de valores del mundo se quedan con la mayor ganancia en el piso más alto del edificio.
La gente que recibe el hueso termina, en su propia tierra, como esclava de los que le tiran el hueso del piso más alto y, al mismo tiempo, como cómplice de la contaminación y de su propia destrucción, pues en lugar de rechazar el maltrato de la Pacha Mama recibe unos billetes por su silencio.

¿Cómo se está realizando?
La forma como se lleva a cabo el negocio del oxígeno es complicada de entender y muy variada. Lo primero que se estableció fue la norma a nivel internacional conocida como Protocolo de Kioto y que ahora en Colombia se incluye en el Plan Nacional de Desarrollo 2011-2014 como Programa REDD (Reducción de las Emisiones provocadas por la Deforestación y la Degradación de los bosques). Una vez tenida la norma el gobierno, las Naciones Unidas, el Banco Interamericano de Desarrollo, ONGs, bancos, empresas o particulares, o combinación de varios de estos, se acercan a las comunidades (afros, campesinos e indígenas) a ofrecer el “negocio del CO2” disfrazado de proyectos ecológicos, en los que la comunidad cuida las tierras que habita para que produzcan oxígeno.
Otra forma es la compra de tierras (para plantaciones) o de bosques para producción de oxigeno. Para el mismo fin también se buscan tierras y bosques en arriendo.
Otra es a través del despojo de tierras llevado a cabo por grupos armados que se apoderan de esos territorios para participar del negocio conocido como guerra del CO2.

 Conclusión
De esta manera lo que se logra no es proteger la Madre Tierra sino continuar su destrucción para seguir ganando dinero. Los que más plata tengan pueden comprar su derecho a contaminar. Los dueños de los bosques con el tiempo terminan afectados por inundaciones, sequías, pérdidas de cultivos, enfermedades…
Por eso vale la pena preguntarle a los contaminadores, a los gobiernos y a los mercaderes del aire “¿Cómo pueden comprar o vender el cielo, el calor de la Tierra o el aire?” Esa es una idea extraña para los pueblos arraigados a la tierra.
Organizaciones como las asociaciones de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, ACIN, y del Chocó, Orewa, han dicho que no aceptan el chimbo negocio de los bonos de carbono.
El Pueblo Wounaan escribió hace poco a los contaminadores: “dejen de envenenar el aire y la Madre Tierra que nosotros no tenemos ningún interés de cobrar por el trabajo que hacen nuestro hermano el bosque”.


Datos importantes
·       El Protocolo de Kioto se firmó el 11 de diciembre de 1997 en Kioto, Japón, pero no entró en vigor hasta el 16 de febrero de 2005. En noviembre de 2009, eran 187 Estados los que ratificaron el protocolo.
·       Entre 2008 y 2012 los países firmantes del Protocolo deberían dejar de enviar el 5.2% menos de las emisiones que lanzaban a la atmósfera en 1990 (como año de referencia). Por ejemplo, si las emisiones de estos gases en el año 1990 alcanzaban el 100%, para el año 2012 deberán de haberse reducido como mínimo al 95%.
·       Estados Unidos, el país más contaminador, no ha firmado el Protocolo de Kioto.
·       Un bono de carbono es un permiso que se compra por emitir una tonelada de CO2 a la atmósfera.
·       Un bono de carbono vale 12 euros en promedio. Hasta 2009 España había comprado en América Latina 60 millones de bonos por un valor de 1260 millones de euros.
·       En Colombia hay muchas empresas, particulares e instituciones que van por los pueblos ofreciendo las ventajas del negocio. Entre estas: USAID, Banco Mundial, Fundación Gordon and Betty Moore, Banco Interamericano de Desarrollo, Global Emviromental Facility, PNUMA, ALIDE (asociación latinoamericana de instituciones financieras para el desarrollo), South Pole, Cantor CO2e, Terra Commodities y Dulces Colombina.

"Les hemos dicho que la tierra es nuestra madre, que no queremos ni podemos venderla. Pero el blanco parece no haber entendido, insiste en que cedamos, vendamos o maltratemos nuestra tierra". De la Carta Uwa al Mundo. 1999.

10 de enero de 2012

NUESTRA CASA EN EL UNIVERSO



Jorge Ventocilla, Catherine Potvin, Editores
Ilustraciones de Ologwagdi
Como dicen los editores: “Esperamos que esta obra motive la reflexi6n y el intercambio de opiniones al interior de las comunidades. Y que fuera de ellas promueva la valoración del pensamiento y la argumentación de los pueblos indígenas en torno a un tema tan vital para todos, como es el cambio climático”.
Recomendamos la lectura de esta obra participativa de Pueblos Indígenas, Cambio Climático y Propuesta REDD+

Veamos tres mensajes de la obra:




Acceso a la obra complera, en:
http://biology.mcgill.ca/faculty/potvin/NEL/Nuestra_Casa_en%20el%20Universo.pdf


Felicitaciones a todos lo participantes!

7 de enero de 2012

FONDO PRIVADO O MERCADO VOLUNTARIO - REDD+

El hermano árbol, Nargandi. Foto: Gubiler
Conservar y proteger los bosques naturales conlleva muchas expectativas para las comunidades locales que controlan sus bosques, porque con ello están “gobernando su propio destino”. Bajo condiciones propicias, los bosques localmente controlados puede contribuir mucho al buen vivir local y al desarrollo sostenible. Son muchas las expectativas que esperan las comunidades locales de los programas REDD+, que están tocando puertas, tanto de gobierno, empresas privadas y/o ONGs nacionales e internacionales.

Al ser REDD+ tema de actualidad y se ha escrito mucho sobre el mismo, nos sumamos a apreciar ciertos puntos para que las comunidades o nosotros que nos acercamos a nuestras comunidades informemos sobre lo que se nos avecina. Entrarán o pasarán, el derecho de decisión lo tiene el pueblo guna. Los señalamientos que se plantearán no es único, hay mucho sobre el tema, y bien pueden hojear mucha literatura que están al alcance de todos. Y este breve artículo se basa en muchas de estas referencias bibliográficas.

REDD+
Son actividades que reducen las emisiones por evitar la deforestación y degradación forestal (REDD) y contribuyen a la conservación, manejo sostenible de los bosques y mejoramiento de las existencias o secuestro de carbono forestal (REDD+). En otras palabras es minimizar la destrucción de los bosques y su degradación ayuda a disminuir las emisiones de carbono en la atmósfera. Pero la conservación de los bosques no sólo impide las emisiones de carbono, sino que también ayuda a eliminar el carbono que ya está en la atmósfera. Ha esto se le llama secuestro de carbono. El resultado es un aumento de las reservas de carbono en los bosques y en los suelos (FAO 2002). Al tomar en cuenta esto, a REDD se le agrega el “plus”, lo que ahora llamamos REDD+.
Esto significa que bajo REDD+ se crearían nuevos tipos de ”áreas protegidas de carbono” en grandes áreas de bosques, evitando la deforestación y la degradación de estos bosques con el objetivo principal de reducir las emisiones de CO2. Esto podría llevarse a cabo mediante acciones de gobierno (como las áreas protegidas) o podría hacerse mediante áreas protegidas a nivel local o pueblos indígenas (por empresas, ONG de conservación y otros).

Sobre deforestación lo entendemos mejor, sabemos de qué se trata o de qué estamos hablando, pero menos entendemos sobre lo que es la degradación. La degradación[1] de los bosques, lo definen como la reducción de la capacidad de un bosque de proporcionar bienes y servicios – como fibra, alimentos, hábitat, agua, almacenamiento de carbono, sitios sagrados y otros valores culturales, socioeconómicos y productivos; aquí no nos referimos a la disminución dela superficie forestal sino de la calidad del estado de los bosques, respecto a uno o a más elementos del ecosistema forestal (estrato vegetal, fauna, suelo, agua, etc.), a las interacciones entre estos componentes y, más generalmente, a su funcionamiento (Lanly 2003).

Muchas veces, la degradación de bosques o degradación forestal es un proceso en el cual áreas de bosque natural son gradualmente transformados en tierras degradadas o convertidos a otros usos. Esto debido muchas veces a las actividades humanas, como la recolección de leña, incendios forestales, plantaciones, pastoreo, entre otros, que dañan el suelo y la vegetación en tal grado que se inhibe o retrasa seriamente el restablecimiento del bosque posterior al abandono (OIMT 2003). Un bosque afectado y dañado no puede proporcionar la misma cantidad y calidad de servicios de ecosistema de los cuales depende la población humana y silvestre. Manejar los bosques para evitar la degradación es una estrategia clave para prevenir la deforestación (OIMT 2003).

Aunque se tiene cierta idea de qué tipo de cosas están incluidas dentro de REDD+, quedan muchas preguntas abiertas y los pueblos indígenas luchan para asegurar que sus derechos fundamentales sean respetados en cualquier acuerdo de REDD+. Si estos derechos no son reconocidos y respetados, entonces REDD+ tendrá graves consecuencias para los pueblos indígenas porque tiene que ver con el control de sus bosques y los recursos (Castillo 2009, 2011). Por el contrario, los bosques gestionados y controlados por comunidades son mejores para la conservación que las áreas estrictamente protegidas (Porter-Bolland et al. 2011)

Fondos privados o mercado voluntario de carbono
Ya se conocen que hay dos posiciones en este debate que apoyan dos propuestas diferentes respecto a la pregunta de dónde provendrá el dinero para pagar REDD+. Una propuesta es hacerlo a través de la creación de fondos que serían asignados a proyectos o programas REDD+. La otra propuesta es a través de la utilización de un ”mercado” de ”permisos y créditos de carbono”, es decir, a través de la compra y venta de créditos por emisiones reducidas.

Un permiso de carbono o crédito es igual a una tonelada de carbono, y los permisos de carbono y créditos son objeto de comercio entre los países ”compradores”, o empresas, y ”países vendedores”, o empresas (Erni, C. & Helen eds. 2010).

Algunos de estos fondos ya se han establecido para ayudar a los países a prepararse para la opción de mercado, por lo que son una mezcla de los dos enfoques[2]. En el marco del enfoque de mercado, los gobiernos o empresas que tienen que reducir sus emisiones pueden comprar créditos de proyectos REDD+ en lugar de reducir sus emisiones (Erni, C. & Helen eds. 2010).

Además de los fondos establecidos por las organizaciones internacionales y los gobiernos, hay un número cada vez mayor de fondos privados creados por las agencias de conservación de la naturaleza, pero también por fundaciones privadas y empresas.

El mercado voluntario facilita a las entidades (principalmente privadas) y a las personas que no están dentro de los sectores regulados asumir su compromiso con el cuidado del clima “compensando” sus emisiones en proyectos limpios en países en desarrollo. Y como ya conocemos muchas de estas regiones caen en territorios indígenas.

Aunque los mecanismos voluntarios no están regulados (DEUMAN 2008; Erni, C. & Helen eds. 2010) y, consecuentemente, generan controversias, son innovadores, ágiles y flexibles. Estos mercados, a menudo difíciles de entender, tienen el potencial de ser una herramienta inmediata para la acción mientras la comunidad internacional se queda atascada a la hora de implementar REDD+ eficiente.

Perfecto, las acciones voluntarias han producido algún impacto, sin embargo, debido a la amenaza a escala global que representa el Cambio Climático, el voluntarismo no puede remplazar la acción efectiva del Estado, es decir las metas legalmente vinculantes (DEUMAN 2008).

Es por ello, cuando estas empresas quieren colaborar en alianza con pueblos indígenas están apurados, todo lo quieren hacer a su ritmo, pero deberían entender que los pueblos indígenas tienen su ritmo, tienen su caminar como la naturaleza lo es. Por eso los bosques aún prevalecen.

Además 20 a 30 años de compromisos con empresas, es un tiempo que habría que estudiar a fondo, porque es un período en el cual todo puede ocurrir, todo puede cambiar, no hay seguridad que todo se mantenga como al principio. Las políticas cambian, las personas cambian, las actitudes cambian, las situaciones económicas cambian, el ambiente cambia.

Por otro lado, es importante recordar que muchos de estos proyectos solo están empezando y algunos ya han enfrentado muchas críticas sobre si en realidad están reduciendo las emisiones[3].

Debido a que los fondos privados son de carácter voluntario, no dependen de ningún acuerdo futuro sobre la financiación de REDD+. Tampoco están sujetos a ninguna norma desarrollada por la ONU a menos que así lo decidan. Hay una serie de estándares o normas voluntarias que se están desarrollando para regular la forma en que estos fondos privados pueden funcionar (pero, sólo si deciden aceptarlas). Pero necesitan ser auto-regulados y con un código global de conducta (Stoddard 2009).

Según Erni, C. & Helen (eds. 2010), algunos de los estándares tienen por objeto asegurar que REDD+ no haga daño y pueda beneficiar a los pueblos indígenas y a otros grupos que podrían ser vulnerables a sus impactos negativos. Una reciente serie de normas son los Estándares Sociales y Ambientales REDD+ desarrolladas por la Climate, Community and Biodiversity Alliance (CCBA) y CARE International. Estas normas contienen algunas protecciones importantes para los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales.

También están destinadas a promover la mitigación de la pobreza y la conservación de la biodiversidad, y deben generar lo que ellos llaman “co-beneficios sociales y ambientales.” Dichos estándares están disponibles en varios idiomas en http://www.climate-standards.org/REDD+/

Una cosa importante que hay que observar, si el carácter voluntario no depende de ninguna norma u organismo regulador que actualmente exija el cumplimiento de estándares de calidad en relación con el desarrollo y comercialización (DEUMAN 2008) y que tampoco lo obligue llegar a acuerdos, impondrían restricciones a los pueblos indígenas en nombre de la protección del carbono (Erni, C. & Helen eds. 2010). Por ejemplo, mientras los pueblos indígenas y/o comunidades locales conservan y protegen los bosques para disminuir las emisiones de carbono en la atmósfera, las empresas como las aéreas, debido a limitaciones tecnológicas actuales, seguirán quemando combustibles fósiles, para seguir ofreciendo servicios de transporte y generando capitales.

El conocimiento sobre REDD+ y sus implicaciones es aún limitada entre nuestras comunidades. Entonces, es muy importante estar plenamente informados de lo que planean hacer los gobiernos nacionales, empresas y ONGs (nacional e internacional) con REDD+ de modo que las comunidades indígenas estén conscientes de las posibles repercusiones en sus tierras, recursos o territorios (Erni, C. & Helen eds. 2010; Experiencias… 2011).

Conclusión REDD+
Que en la forma en que actualmente ha sido diseñado REDD+, tiene varias debilidades, incluso peligros. Algunos problemas son ante todo técnicos, sin embargo la mayoría son de carácter ético.

El mercado voluntario de carbono o las empresas tienen la libertad de fijar sus propias metas, por lo que los motivos que originan estas iniciativas pueden responder a objetivos que difieren de la búsqueda por mitigar el Cambio Climático. Sin embargo no se trata de restar importancia a la acción voluntaria del sector empresarial ya que existen empresas innovadoras que a conciencia quieren que las emisiones disminuyan (DEUMAN 2008).

En cualquier caso, para las comunidades locales e indígenas y sus dirigentes, es importante saber en qué consiste REDD+, cuáles son las posibles ventajas y los posibles impactos negativos, de manera que ellas estén preparadas y puedan dialogar, negociar y defender sus derechos en caso de que los Programas REDD+ tengan como objetivo sus tierras y territorios (Castillo 2009; REDD 2009; Erni, C. & Helen eds. 2010; Experiencias…2011).

Debemos ser nosotros mismos, los garantes de nuestra propia existencia en la construcción de una REDD+ propia, anteponiendo nuestra prioridad territorial y gobernanza a partir de nuestros conocimientos tradicionales, nuestros principios como pueblos o naciones (Experiencias…2011)


Referencias:

ANAM/REDD+ Panamá (s.a). Preparación para REDD+ en Panamá: Retos y Oportunidades. 40 diapositivas (Powerpoint)

Castillo 2011. El pueblo kuna en el control local forestal: saber local. En: http://gubiler.blogspot.com/2011/04/el-pueblo-kuna-en-el-control-local.html

Castillo 2009. The Forests Dialogue. Diálogo sobre la inversión en bosques localmente controlados. Antecedentes y Estudio preliminar. Yale University, USA. Panamá, Panamá. 20 p.

DEUMAN 2008. Informe final “Estudio sobre el mercado de carbono voluntario de carbano”. CORFO. 174 p.

Erni, C. & Helen Tugendhat (eds.) 2010. ¿Qué es REDD? Una guía para las comunidades indígenas. IWGIA (Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas), SERVINDI (Servicios en Comunicación Intercultural), AIPP (Alianza de los Pueblos Indígenas de Asia), FPP (Programa de los Pueblos de los Bosques) y TEBTEBBA (Centro Internacional de los Pueblos Indígenas para Políticas de Investigación y Educación). NORAD, DANIDA. Lima, Perú. 94 p.

Experiencias de Países Amazónicos y Paraguay sobre Derechos y REDD. Sistematización del Taller Regional. Rainforest Foundation Noruega y CEPLAES, 2011. Quito, mayo-junio 2011. 44 p.
FAO 2002. Captura de carbono en los suelos para un mejor manejo de la tierra. Basado en el trabajo de Michel Robert, Institut national de recherche agronomique, París, Francia. FAO, Roma. 73 p.

Lanly, Jean-Paul 2003. Los factores de la deforestación y de la degradación de los bosques. Documento sometido al XII Congreso Forestal Mundial, Québec City, Canadá. http://www.fao.org/DOCREP/ARTICLE/WFC/XII/MS12A-S.HTM

OIMT 2003. Restaurando los bosques. Presentamos las Directrices de la OIMT para la Restauración, Ordenación y Rehabilitación de Bosques Tropicales Secundarios y Degradados. Preparadas por Organización Internacional de las Maderas Tropicales en colaboración con el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) Internacional. 8 p.

Porter-Bolland et al. 2011. Community managed forests and forest protected areas: An assessment of their conservation effectiveness across the tropics. Forest Ecology and Management xxx (2011) xxx–xxx 12 p. http://www.cifor.org/publications/pdf_files/articles/AGuariguata1101.pdf

REDD en Panamá 2009. Informe de supervisión independiente de la Asociación Indígena Ambiental. En: Realidades REDD: Cómo podrían impactar las estrategias para reducir las emisiones por deforestación y degradación forestal sobre la diversidad biológica y los Pueblos Indígenas en los países en desarrollo, Coalición Mundial por los Bosques, diciembre de 2009. pp. 63-73

Stoddard, T. 2009. El carbono voluntario necesita auto-regulación y un código global de conducta. Alianza Internacional para la reducción y compensaciones de carbono (ICROA por sus siglas en inglés). United Kingdom. http://www.mercadosambientales.com/pages/dynamic/article.page.php?page_id=7315&section=news_articles&eod=1


[1] Es igualmente importante pero mucho más difícil de medir, por la ausencia de métodos de evaluación consensuados, y su definición; por eso actualmente pocos países tienen la capacidad de informar sobre las superficies forestales degradadas o el grado de degradación de los bosques
[2] Panamá ya inicia su preparación ante REDD+ (ANAM/REDD+ Panamá, sin año). http://www.anam.gob.pa
[3] El Proyecto Acción Climática Noel Kempff en Bolivia, por ejemplo, ha enfrentado críticas por parte de Greenpeace quien señala que dicho proyecto no ha logrado demostrar sus pretensiones de reducir las emisiones de forma efectiva y permanente. Otro ejemplo es la “Realidad de REDD+ en Perú”, un informe (2011) que entre otras conclusiones encuentra que las políticas y programas de REDD están socavando los derechos de los pueblos indígenas y probablemente conducirán a conflictos sobre la tierra y los recursos. Y hay más ejemplos.