4 de diciembre de 2013

CONSERVACIÓN DE SUELOS Y AGUA EN MANDIYALA, GUNAYALA: LABRANZA MÍNIMA

Geodisio astillo

Entrenando a los agricultores de Mandiyala. Foto: Onar
La conservación de suelos y agua comprende un conjunto de actividades inmersas en el enfoque global del manejo del suelo, el agua y el aprovechamiento agrícola. Trasciende más allá de los trabajos de control de la erosión ya que contribuyen también al objetivo general de mejorar y mantener los nutrientes y con ello la capacidad productiva del suelo, para a su vez lograr incrementar en forma significativa los rendimientos, hacer sostenible la agricultura y en última instancia evitar o reducir la degradación de los mismos. El uso y manejo del recurso suelo tiene el fin de mantener y/o manejar su capacidad productiva en función de sus aptitudes, limitantes y potencialidades de manera de evitar su pérdida y/o degradación y conservar el agua.

Un grupo de agricultores de la comunidad de Mandiyala, ubicado por el límite oeste colindando con el Parque Nacional Chagres, está ejecutando un subproyecto de “mejoramiento de nutrientes de suelo” bajo sistema de producción agroforestal de nainu. Luego de planificar su nainu, aprendieron en la práctica a construir y hacer uso del nivel o aparato “A”. Esta actividad es auspiciado por el Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño de la Autoridad Nacional del Ambiente (CBMAP II – ANAM).

El aparato “A” es el instrumento campesino más importante para saber cómo medir las pendientes, así como por dónde van las curvas de nivel. Se llama “A” porque tiene la forma de una A mayúscula.

Trabajando en equipo y concluyendo la labranza mínima. Foto: Gubiler
El aparato “A” nos va a servir para trazar, en el terreno, curvas a nivel. Una curva a nivel, es una línea curva, cuyos puntos están a la misma altura, o sea, que una persona, siguiendo una curva a nivel, nunca baja ni sube. Por eso, el agua, en una zanja de infiltración, construida según una curva a nivel, no va correr por ningún lado y va a tener que infiltrarse.

La labranza mínima es la menor cantidad de labranza requerida para crear las condiciones de suelo adecuadas para la germinación de la semilla y el desarrollo de la planta. Reduce la labor de remoción del suelo y se prepara el suelo en las fajas/franja constituidas por los surcos donde va a sembrar (labranza mínima individual). La función principal es de disminuir la susceptibilidad del suelo a la erosión pero también ayuda para mantener el nivel de materia orgánica y para proteger la macro fauna en el suelo. La labranza mínima se combina con la siembra en contorno. De esta manera se labra el suelo y se realizan las demás labores culturales siguiendo las curvas a nivel.

El mismo aparato “A”, al marcar las curvas de nivel de la parcela, también sirve para ejecutar la labranza mínima o conservacionista. Se requiere mover o roturar la tierra y nivelarla entre cada curva de nivel. Una forma más sencilla es aflojar la tierra en surcos con pico, camas de 20 x 30 cm. y 25 a 30 cm. de profundidad, estableciendo labranza solamente donde se va a colocar la semilla.

La facilitación de estos trabajos lo realiza el Centro de Desarrollo Ambiental y Humano (CENDAH).

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