20 de noviembre de 2014

La semilla no nos pertenecen, nosotros y nosotras pertenecemos a la semilla

Del Rosario Ignacio Denis
Rebelión

Es urgente, inevitable y es en este contexto que invitamos al país a asumir la semilla campesina e indígena como fundamento para la construcción del Eco socialismo, a través del rescate de las prácticas ancestrales de producción, custodia y multiplicación de las mismas. Consideramos que la Maestra Naturaleza es la escuela viva más lucida y vigente a la cual podemos acceder para despertar nuestras conciencias. Reconociendo que los indígenas, conuqueros, campesinos y campesinas de pequeña escala y luchadores agroecológicos son sus intérpretes más atentos, pensamos que son ellos y ellas quienes pueden orientarnos en este camino hacia el postcapitalismo.

Frijol terciopelo - gabidubaled (Mucuna sp.) . Foto: Gubiler
El modo de reproducción del capital tiene una fuente ideológica recreadora ineficiente, seductora, engañosa y voraz a la hora de abordar modelos teóricos que disociaron la armonía existencial, originaria, ontológica, cosmogónica entre la naturaleza, la cultura y la sociedad, jamás descansaran por tratar de divorciar verdades jurídica de verdades política para imponer su verdad verdadera, la de maximizar ganancia a costa de la naturaleza sin importar muchas de las especie de vida, incluido la especie humana, sus principios extractivista argumentan desde la engañosa libre regulación del mercado, ejercen esa libertad anti-democrática y buscan siempre legitimar a un entes, a una institución, es decir una minoría representativa, son los experto encargado para: certificar, investigar, fiscalizar, custodiar, ostentar o patentar los derechos y saberes, en nombre de la tecnificación, el crecimiento desde la mayor productividad y como la única vía para alcanzar el desarrollo y el progreso ilimitado avasallando vidas muy limitadas como: la tierra, la semilla, el agua, bosques, ninguno de estos no nos pertenecen, porque nosotros y nosotras es la que pertenecemos a ellas.

El debate constituyente de la ley de semilla en Venezuela desde el poder popular trasciende de un tema meramente jurídico, de esa manera se vienen asumiendo desde el 1er Encuentro internacional de Guardianes de Semillas en Monte Carmelo, Estado Lara, donde más de 300 personas, pertenecientes a 100 organizaciones, con representación de hermanos y hermanas de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, Uruguay y Venezuela, reunidos del 26 al 29 de octubre de 2012 declararon: “En el caso de Venezuela tenemos un reto inmenso: apropiarnos del sentir de que la agroecología es la vía de la verdadera emancipación en el marco de una economía rentista petrolera que sigue mercantilizando la naturaleza con sus prácticas extractivistas”.

Reconocemos que la transformación de este modelo vendrá cargada de tensiones y contradicciones, y por tanto entendemos la necesidad de comenzar lo antes posible. Es urgente, inevitable y es en este contexto que invitamos al país a asumir la semilla campesina e indígena como fundamento para la construcción del Eco socialismo, a través del rescate de las prácticas ancestrales de producción, custodia y multiplicación de las mismas.

Consideramos que la Maestra Naturaleza es la escuela viva más lucida y vigente a la cual podemos acceder para despertar nuestras conciencias.

Reconociendo que los indígenas, conuqueros, campesinos y campesinas de pequeña escala y luchadores agroecológicos son sus intérpretes más atentos, pensamos que son ellos y ellas quienes pueden orientarnos en este camino hacia el postcapitalismo.

En esta declaración sintetizan un claro visión de mundo radicalmente anticapitalista, humanista y como pilares fundamentales para el Eco-Socialismo: como guardianes de semilla dejaron propuesta concreta orientada en cuatro ejes fundamentales:

1) Producción, custodia, multiplicación,
2) Legislación y políticas públicas
3) Investigación y educación,
4) Comunicación.

Maíz nativo - dule oba (Zea mays). Foto: Gubiler
El papel histórico del pueblo campesinos, campesinas, indígenas es trascendental en estos temas, en una revolución política, económica, el hilo conductor cultural es la sabiduría popular, la esencia está en esa capacidad integradora, de lo humano y de la naturaleza para equilibrar en lo ético como en lo ecológico, con esa actitud nos plantean y nos comprometen el comandante supremo Hugo Chávez en el quinto objetivos histórico del plan de la patria, con esa misma actitud el hermano Evo Morales plantean y claman a los países del mundo, por el derecho a la madre tierra, con sus diez mandamiento para salvar al planeta, a la humanidad y a la vida.

La naturaleza hoy en día es el conjunto de la socio-economía del universo, también un centro de preocupación global, sin embargo existen poco los sujetos histórico que asumen de manera coherente un otro modo metabólico del capital, la naturaleza tiene cosa tangible que tiene ciclos energéticos, pero que debe y tiene que estar equilibrada junto a la cultura y la sociedad, por el contrario a lo que ocurre en la actualidad porque está roto el equilibrio, desbordado en el dominio de la sociedad sobre la naturaleza y preocupado siempre a quien van a pertenecer.

La palabra agricultura viene del latín, formada ager, agri, (campo, cultivo) y cultura (actividad del cultivo, cultivado), derivan del verbo colere (cultivar, habitar), siguiendo al diccionario RAE, el sufijo –ura tiene una cualidad relacionada con la palabra de la que derivan, donde cultura, por tanto, sería lo esencial del hábitat, cuidado, labrado, honra, respeto, celebración.

La consolidación de una agricultura coherente a un proyecto Eco-socialista, a una revolución económico, a una revolución cultural, inevitablemente obligan problematizar a la llamada ciencia moderna, mecanicistas, mercantil, me refiero a esa fuente ideológica recreadora ineficiente, seductora, engañosa y voraz que colocan a todos y todas de rehén en este único planeta, según los defensores del “Agro-como-Negocio” solo hacen uso de la tecnología y de la ingeniería genética para mejorar la productividad del suelo y de los cultivos para reducir el hambre en el mundo, la ciencia ha logrado que las semillas sean modificado genéticamente solo para más resistentes a las plagas y puedan adaptarse a distintos climas y suelos generando mas productividad, es el engaño que siembran las transnacionales para arrodillar al mundo con la comida imponiendo su paquete tecnológico, es el rostros visible del hambre, de la contaminaciones, tiene mucho que ver con el calentamiento global, crisis económica, crisis alimentaria.

La agricultura, la agroecología es un hecho político para la liberación y para la vida, viene de la cultura de la paz, el Agro-Negocio y la llamada revolución verde es para la dominación y destrucción, proveniente de la guerra.

Sigamos defendiendo una nueva ley de semilla como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad, apostando desde el poder popular con la agroecología, más allá de un modelo productivo, como la herramienta de lucha para la soberanía agroalimentaria y el EcoSocialismo, por la defensa del planeta y la humanidad.

Yo tengo pruebas irrefragable del tino del pueblo en las grandes resoluciones; y por eso es que siempre he preferido sus opiniones a las de los sabios

Hugo Chávez

Articulemos la sabiduría popular, tenemos el conocimiento, la cultura política, articulemos el patrimonio bolivariano y chavista y ustedes verán que el socialismo como milagro humano se hará realidad en nuestra patria progresivamente y lo veremos con nuestros ojos, el socialismo como una sociedad superior.”

Nicolás Maduro
Presidente de la República Bolivariana de Venezuela


Notas:






Del Rosario Ignacio Denis. Ingeniero Agroecológico graduado en Instituto Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire (IALA)

Twitter: @yiyoparaguay




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