25 de febrero de 2015

MARÍA WAGA COLMAN, LA MUJER Y LA BANDERA DE LA REVOLUCIÓN

Historia de la lucha indígena de 1925 y la participación de la mujer en estos eventos

Por: Anelio Merry López
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Este reportaje fue publicado el martes, 10 de diciembre de 1996 en el diario El Universal de Panamá. El mismo fue preparado tras la muerte de María Waga Ebingili Colman, que el diario en una escueta nota dio a conocer su muerte que decía: "Muere heroína Kuna". A mí se me encargó de preparar el reportaje que hoy les quiero compartir tal como fue publicado ese día. AML
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Dentro de la cosmovisión del  pueblo kuna la figura de la mujer   juega un papel importante. De allí que podemos encontrar en cada manifestación cultural la presencia de ambos géneros hombre y mujer.

Desde esta perspectiva la participación de la mujer durante la Revolución Tule de 1925, hecho que trascendió las fronteras de la  nación panameña, cobra vigencia   en la figura de María Colman. Una mujer humilde y sencilla que a escasos años de su muerte el tiempo destinó un lugar prominente en la historia para no morir jamás. Porque vivirá en la memoria de su pueblo.

MARÍA Y LA BANDERA DE LA REVOLUCIÓN

María Colman nació en la comunidad de Ailigandí, Comarca   Kuna Yala, el 24 de junio de 1913.   Era la primogénita de Dad Olo Kiankipe y Muu Olo Ebinkili.  Toda su vida se dedicó al arte, y a contar historias, especialmente, sobre la revolución. Pero, del último, nadie le mostró mayor interés.   Creció muy apegada a su abuelo con quien aprendió, entre otros  conocimientos, algunos secretos y confecciones de diversos imple­mentos domésticos que a lo largo de su existencia también transmitió a una gran cantidad de generaciones.

 
María Waga Ebiginli / Dibujo de Ologwagdi
María en 1924 apenas contaba 11 años de edad, cuando su pueblo dirigido por su abuelo el gran OLOKINDIBIPILILE (Simral ­Colman), Cacique General de Comarca Kuna Yala, junto a otros líderes deciden enfrentar los  abusos y la fuerza de la policía colonial. Una fuerza policial creada  por el gobierno en I915 a solicitud de la dirigencia kuna con el fin de salvaguardar la vida y los bienes de la población ante las amenazas de los grupos negros que habían desplazados a la región.

En víspera de la lucha armada entre el calor de la preparación de planes y estrategias un día su abuelo le pide que le haga una bandera. Pero en su inocencia ella  nunca imaginó que la misma con el tiempo sería el estandarte que identificaría la lucha del pueblo Kuna a través de la historia ni mucho menos que recorrería el mundo creando controversias por su diseño.

De las pocas grabaciones que existen de ella, María cuenta: "Mi  abuelo me dijo un día que le cosiera una bandera. Yo no sabía cómo hacerla, empecé a diseñar de acuerdo a mi imaginación". Luego se la mostré al abuelo (Olo­gindibipilele) quien aceptó gustosamente.

La bandera a que ella hace referencia, según su propia versión, la original tenía un diseño rectangular  con tres franjas. En el centro era  de color rojo y con una figura  en el medio parecida a una cruz   con cuatro lados plegados en  el ángulo recto de izquierda a derecha  pegado encima del blanco. Sin embargo, hoy el blanco de la   bandera no aparece situación   que ninguno de los historiadores ha podido aclarar hasta del  momento, pero se cree que el cambio ocurrió en la comunidad de Ustupu, cuando Nele Kantule la  llevó de Ailigandí los previos meses de la revolución.

Las interpretaciones de la bandera luego las impuso el Cacique  Olokindibipilele, que según María cuando ella se la mostró a su abuelo él le dijo que el color rojo representaba la sangre derramada, el color blanco del centro representaba la paz y la pureza  con que debe quedar la comarca, mientras que el color negro de la  cruz aludía a la sangre de aquellos que un día habían llegado a maltratarlos en su propia tierra. A raíz de la introducción del  color amarillo a la bandera se le da otra interpretación pero sin mayor diferencia. El rojo por el  color de la sangre y la franja amarilla simboliza a los Kunkilele (Olodule, personas de oro), es decir que representa a los kunas, mientras que la cruz representa los cuatro puntos cardinales.

Sin embargo, a María sólo se le reconoció como la nieta de Colman, ni la comunidad de su origen Aligandí la tomó en cuenta  realmente a pesar que ella era una de las últimas personas que fueron testigos de las presiones de las fuerzas  gubernamentales, que estaban decididos a cambiar las creencias y las concepciones del pueblo Kuna utilizando la fuerza.

Durante mucho tiempo existió la creencia que la bandera de la revolución fue producto de un consenso de los dirigentes de la época, independientemente de  otras versiones que a nivel de los historiadores no kunas que la atribuyen a un norteamericano.

María vivió ajena de todo lo que   se decía sobre la bandera que ella   concibió y cosió, sino hasta que   un grupo de ustupeños fueron a la comunidad Ailigandi   (16 febrero de 1992)   a un encuentro para tratar el tema  de la bandera.

Para Homero Archibold, uno de los hijos de la señora María, es una lástima que después de su muerte ella reciba el reconocimiento no sólo como autora de la bandera, sino también como testigo de hechos que vivieron en la comunidad kuna en ese entonces. Entre las que se destacan las reuniones trascendentales e importantes que se celebraban en la casa de su abuelo Olokindibipilele, ya que era el máximo dirigente con quien ella vivió momentos difíciles y tensos donde en varias ocasiones también conoció y sintió las presiones que fue objeto su abuelo Colman. Intimidades que poco se conoce en la historia de la nacionalidad panameña. María junto a su mamá Olo Ebinkili eran las únicas que tenían acceso. “Mi mamá y yo, éramos las dos únicas personas que nos permitían entrar en esas reuniones”. Ellas atendían aquellos dirigentes, entre ellos, Nele Kantule de Ustupu que venían a reunirse con Colman, donde se fraguaban los planes y estrategias que luego el 25 de febrero de 1925 lo llevarían a cabo.

Con su muerte María llevó a la tumba una parte de la historia que ya no se recuperará jamás. Situación que hoy su hijo Homero, entre otros lamentan, ya que él tampoco le prestó la mayor atención cada vez que ella le hacía referencia a esos hechos que aún hoy los kunas recuerdan (a lo largo de su revolución).

LA CONTROVERSIA... ENTRE DOS BANDERAS

A pesar del reconocimiento  general de la bandera que cosiera María, hoy existe otra bandera, aquella que la comunidad de Ailigandí le presta mayor reconocimiento y la defiende. Quienes mantienen como la bandera que debe ser reconocida porque ha salido durante los tiempos de la revolución.
 
Nuestras dos banderas
Dentro esa controversia María recuerda que hubo otra bandera. Al igual que a ella su abuelo había encargado a su mamá hacer una  bandera, antes que a ella. El día   en que la confeccionaron, dice ella que, no le permitieron entrar en el lugar donde estaban diseñando. María asegura que, además de su abuelo Colman estaba presente, a quien ella recuerda como "Masta Mas" refiriéndose al norteamericano Marhs.

Bandera que actualmente reconoce la comunidad de Ailigandí, la cual tiene en su interior dos  antebrazos entrecruzados, en  uno una flecha y en otro el arco además con nueve estrellas. La franja superior de color verde, en el centro el color blanco (con los brazos) y la franja inferior de color rojo.

La bandera original quien de estas figuras mencionadas recuerda María que había árboles y  animales. Figuras que actualmente no se encuentran, tampoco se sabe en qué momentos sufrieron los cambios o quienes la cambiaron.

Se conoce que esta bandera la cosieron unas cuatro muchachas, pero no se acuerda María cómo se llamaban pero las conocía por sus padres. Eran las hijas de los señores Inaelikinya, Oloyoquikinya, Olonuguiña y Olotubikinya.

En 1990 a solicitud del Congreso General las dos comunidades Ustupu y Ailigandi celebran un debate sobre las dos banderas para ver cuál sería la oficialmente aceptada por la comarca, utilizando los argumentos históricos.  Pero el debate no se llegó a un acuerdo.

No obstante, el Congreso General Kuna en una de sus sesiones resolvió que se izara en todas las  comunidades de la comarca Kuna Yala, la que un día en su inocencia con sus manos de artesanas María Colman ideara para la posteridad.

A partir de ese momento, María Colman después de más de 70 años surge del anonimato, situación que su hijo Homero Archibold agradece porque si no hubiese sido por los ustupeños ella   hubiese llevado la verdad que tanto tiempo intrigó a la nación  kuna.

Mientras que los historiadores oficiales entre ellos Manuel M.  Puig, Rubén Darío Carles (padre) la atribuyen, la creación de la bandera de la revolución como producto de la imaginación del norteamericano Richard O. Marsh,  diseño que relacionan con la cruz gamada de Hitler. Hecho que debaten los kunas hasta el día de hoy.

Jesús Smith Kantule, investigador y estudioso kuna sostiene que  el símbolo de la bandera o sea la cruz gamada no es imitación germana ni de ninguna otra raza, ya que desde tiempos inmemoriales existen estos motivos en la cultura kuna. Como es el caso de la representación de las rutas   que recorrieron los  "baliuidurgan"(una aproximación de ángeles en la creencia católica) durante la preexistencia.

Agrega Smith Kantule, que eso  no es el único motivo; que figuras   similares la podemos encontrar   en la naturaleza como la "Akebandur", una planta muy utilizada en la cultura kuna como resguardo o custodios espirituales. La cual al  cortarles y confeccionar se forma   una "Kaa nukurya", es decir en una cruz.

La cruz de la bandera de la revolución no sólo es parte del emblema, sino que son motivos muy  ligados de la actividad artística y social que se refleja en todas las manifestaciones culturales del pueblo kuna.

El símbolo que utilizó el nazismo aparece en la década de los 30 cuando Hitler asume el poder en Alemania, mientras que los kunas ya habían enarbolado la revolución tule que concluyó el 25  de febrero de 1925.

Según el historiador kuna, aquellos historiadores occidentales que han venido atribuyendo al  norteamericano Richard O. Marhs, insinuando que es una   copia de los alemanes, no conocen la filosofía ni cultura kuna.

Si bien es cierto, que la historia la escriben los vencedores, pero no es menos cierto que la escriben en muchas ocasiones de acuerdo a su conveniencia produciendo una historia tergiversada y fuera de la realidad.

En caso de la bandera de la revolución tule de 1925, mucho se ha especulado pero cuando conocieron la existencia de Waga Ebinkili María Colman, su testimonio queda como una prueba irrefutable que la bandera de la cruz gamada es una inspiración propia de una  persona que nació, creció y murió en un pueblo que tiene sus propias concepciones del mundo en que vive.***   AML



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