3 de noviembre de 2016

ÁREA PROTEGIDA DE NARGANA Y MEDIO DE VIDA

Geodisio Castillo

Hace 29 años, el 3 de noviembre, en la comunidad de Assudub, el Congreso General Guna (CGG) declaró al Corregimiento de Nargana como Comarca de Biosfera y Sitio de Patrimonio Mundial, como una primera fase, para luego continuar con el proceso para declarar a toda la Comarca como Comarca de Biosfera[1]. Hoy recordamos este aniversario. Entonces, nada es nuevo, ha sido un proceso largo de trabajo hasta lograr la elaboración del Plan Estratégico de Desarrollo Integral de Gunayala 2015-2025, o simplemente Plan Estratégico de Gunayala – PEGY 2025 (CGG, 2015).


Monumento natural Ibedon, Área Protegida de Narganá, Comarca Gunayala. Foto: Gubiler

Desde que se estableció el área protegida dule, la estrategia establecida en el plan, reconoce que el área protegida no puede existir aislada de los hombres, de la tierras y mares que nos rodean. Tampoco ser administradas sin tomar en cuenta a las comunidades y las actividades sociales, culturales y económicas que se desenvuelven en el sitio (PEMASKY, 1995, UICN, 2005).

Por naturaleza, toda la comarca ya es un sitio sagrado ambiental, una biosfera en la que se mueve el pueblo dule, tan importante para la vida, que sin él es imposible cumplir con el ciclo biológico. Podemos decir que el ambiente está conformado por un conjunto de valores biológicos (marinos y terrestres), culturales y sociales, que son imprescindibles para nuestra vida[2].

Las áreas protegidas constituyen el núcleo fundamental de los esfuerzos para proteger las especies amenazadas del mundo y, cada vez más, se reconoce su papel esencial no sólo como proveedoras esenciales de servicios de ecosistema y recursos biológicos, sino como elementos fundamentales en las estrategias de mitigación al cambio climático[3]. Además, se han probado que son fundamentales para proteger ciertas comunidades humanas amenazadas y lugares de gran valor cultural y espiritual (Castillo, 2010). Dado que las áreas protegidas cubren el doce por ciento de la superficie emergida del planeta, el sistema de áreas protegidas representa un compromiso sin precedentes hacia el futuro, un faro de esperanza, en lo que a veces parece ser una carrera desalentadora hacia el declive ambiental y social (Castaño, 2008).

Estos refugios naturales, acogen una inmensa riqueza biológica y son fuente de riqueza material y no material, constituyendo reservas de capital natural, cultural y social, a la vez que forman parte de los medios de subsistencia y del bienestar de muchas personas, sobre todo debido a los servicios ecosistémicos que proporcionan y a las oportunidades para crear empleo, garantizando fuentes de trabajo, alimento y recreación (PEMASKY, 1995; Pinto y Yee, 2011). Son muchas las actividades que se pueden realizar en las áreas protegidas, si bien, el turismo y el agroturismo se configuran como sectores que generan importantes beneficios para el área natural y para los habitantes de la comarca y el país (PEMASKY, 1995; Pinto y Yee, 2011; ANAM, 2016).

Una de las fuentes de generación de ingresos que el área protegida de Nargana ofrece es a través del turismo de playa y sol. Al no tomar en cuenta el plan existente elaborado en su tiempo por PEMASKY, y otros planes que exponen el mismo tema, se comete el error de impulsar el turismo únicamente para el lucro. Es un aliado, pero no es el mayor propósito para el área protegida. De ahí, la necesidad de elaborar los planes de negocio para el área protegida y lograr acuerdos que posibiliten la autogestión sin vulnerar el patrimonio existente.

Otro aspecto importante, es involucrar a la juventud en la vida y el desarrollo de las áreas protegidas, en la productividad y gestión empresarial para el manejo y conservación, antes que sea tarde. Según la estrategia del PNUD (2014), los jóvenes son una fuerza positiva de cambio transformador. Esta generación de jóvenes es la más numerosa en la historia de la humanidad. Sus oportunidades para comunicarse, actuar e influir no tienen precedentes, los desafíos que enfrentan tampoco; desde el cambio climático hasta el desempleo y las múltiples formas de inequidad y exclusión, particularmente para los jóvenes que pertenecen a grupos vulnerables o marginados.

Hubo épocas en que la juventud dule, tomó riendas del acontecer de su comarca, como lo fue el Movimiento de la Juventus Kuna (MJK), como lo fue Duiren, y otros … Lo que se debe hacerse es unir esfuerzos, ideas, conceptos para el mañana. Comprometerse toda la juventud para hacer realidad los lineamientos planteados o revisar dichos lineamientos (cada año, mejorándolos), establecidos en la estrategia comarcal (CGG, 2015). Despertar la conciencia y fortalecer asociaciones, grupos de productores, jóvenes, mujeres con el gobierno comarcal y a nivel nacional.

Aún hay mucho que hacer, aunque el área protegida esté cumpliendo sus 29 años de existencia. Estamos gobernando nuestro propio futuro. Ya vivimos descentralizados, con una economía propia en proceso de desarrollo. Lo que falta es incluirlos dentro de la administración política del Estado. Retos que resolver, como ¿Qué hacer con los millones de carbono forestal que representan balboas o dólares, que se encuentran en los bosques, y que son protegidos por los pueblos indígenas? Establecer el refugio marino a nivel comarcal, al igual existe carbono que proteger, como bien una comarca de biosfera, un área marina protegida – 200 millas de profundidad desde las costas y si miramos más allá de los 200 metros de profundidad, especies pelágicas y más debajo de la profundidad, no está protegido, entre otros.

Para finalizar
Gunayala inmerso en una biosfera natural se encuentra en una posición privilegiada al poseer una extensa ecosistemas naturales de tierra y mar protegidas por las propias comunidades. Este sistema natural alberga también componentes importantes de nuestro patrimonio natural y nuestra cultura viva.

Sin duda, en ella, el turismo se está configurando como uno de los principales motores económicos y, con la puesta en marcha de las nuevas formas de turismo sostenibles, podrá generar efectos positivos en la sociedad, que se traducen en el desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y en la conservación y el respeto hacia la naturaleza y la cultura local. Esto será así, si comenzamos a manejarlos o gestionarlos con normativas o estrategias adecuadas conforme a nuestra realidad. De no ser así, estaremos destruyendo nuestro mañana.

Es una oportunidad para los jóvenes y mujeres promover el aprecio y el valor de nuestra área protegida y para generar beneficios económicos a las comunidades, en colaboración con el sector privado. También puede incrementar los ingresos de manera que éstos puedan ser reinvertidos en la conservación y manejo del área protegida, así como en la prevención y mitigación de los impactos negativos que se puedan generar.

Si los beneficios que genera un área protegida sale de su entorno, y es como debe ser, hay oportunidad de diseñar una nueva área protegida por el sector este de la Comarca, pero la decisión es de los propios comuneros. Establecer un área protegida es una estrategia de defensa territorial (Castillo, 1999), de conservación in situ de la biodiversidad, implica la necesidad y oportunidad de incorporar diferentes elementos de análisis, por lo que se constituye esta tarea en un reto encaminado a utilizar adecuadamente la información que sustente los propósitos sociales que tienen que ver con la conservación del patrimonio natural y el desarrollo de la carretera Mordi-Muladub.

Referencias:

ANAM, 2016. Plan de Acción para el Desarrollo del Turismo Verde en Áreas Protegidas en la República de Panamá 2016-2026. Panamá. 21 p.

Castaño-Uribe, C., 2008. Diagnóstico y situación actual de las áreas protegidas en América Latina y el Caribe (2007). Informe Regional. Corporación Andina de Fomento (CAF), La Paz, Bolivia. 118 p.

Castillo, G., 1999. Gestión de áreas protegidas como estrategia de defensa territorial indígena: Caso Kuna Yala. En: Taller sobre experiencias prácticas en gestión de áreas protegidas por los pueblos indígenas en Iberoamérica. Cartagena de Indias, 29 Nov. – 5 Dic. de 1999. Unidad Especial de Parques Nacionales / Mo. De Medio Ambiente de Colombia, AECI, WWF-ADENA, Ecodesarrollo. Cartagena de Indias, Colombia. 147-155 pp.

Castillo, G., 2010. Protegiendo sus Valores Culturales, Biodiversidad y Tierra: Área Protegida de Kuna Yala. CENDAH. 24 p. Centro de Documentación Silene. http://www.silene.es/documentos/Protegiendo_valores_culturales.pdf

CGG, 2015. GUNAYALA 2025: Plan Estratégico de Gunayala - 2015-2025. Comarca Gunayala, Panamá, 2015. 112 p. + Anexo: Programa PAC

PEMASKY-AEK, 1995. Biosfera de la Comarca Kuna Yala. Plan General de Manejo y Desarrollo (Resumen Ejecutivo: documento de trabajo), Equipo Técnico Consultor de PEMASKY. AEK, PEMASKY, CGG, OIMT. Kuna Yala, Panamá. 77 p.

Pinto, I., Yee, J., 2011. Diagnóstico de las áreas marinas protegidas y de las áreas marinas para la pesca responsable en el Pacífico panameño. Fundación Marviva, Panamá. 215 p.

PNUD, 2014. Estrategia del PNUD para la Juventud 2014-2017. Juventud empoderada, futuro sostenible. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, USA. 52 p.

UICN, 2005. Beneficios más allá de las fronteras. Actas del V Congreso Mundial de Parques de la UICN. Durban, Sudáfrica, 8 al 17 de septiembre de 2003. UICN, Gland, Suiza, y Cambridge, Reino Unido. X + 326 pp.


[1] En la Resolución No. 3, de 1987, también se aprobó el Plan General de Manejo y Desarrollo de la Comarca Kuna Yala, 1ª. Fase, para el Corregimiento de Nargana, igual estuvo aplicándose para otros corregimientos de la comarca

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